viernes, 18 de abril de 2008

ANAHATA CHAKRA


El nombre Sánscrito del cuarto chakra es ANAHATA, ésta palabra expresa el sonido cósmico que no es producido por el contacto entre dos objetos. No es un sonido físico y su naturaleza es trascendental, suele manifestarse en los estados de meditación profunda y para el Yogui es una señal de progreso.

Anahata es el cuarto centro psiquico y tiene por debajo de él otro chakra menor llamado Anandakanda, relacionado con la despertar de la devoción.

Anahata se representa como un loto azul de doce pétalos. Sus letras están inscriptas en color bermellón (KAM, KHAM, GAM, GHAM, ANGA CHAM, CHHAM, JAM, JHA, NYAM, TAM, THAM).

En el interior del loto se encuentran dos triángulos entrelazados formando una estrella de dos puntas, las cuales conforman en su exterior un hexágono regular que es el yantra del elemento aire (vayu tattwa). El triángulo invertido es el símbolo de la energía (shakti) y el que está hacia arriba representa la consciencia (Shiva). La fusión de los dos triángulos representa la unión de los dos principios.

Un antílope negro dentro de la estrella representa la bondad, la certeza, el estado de alerta, y la rapidez. En el centro del loto hay un pequeño triángulo invertido que contienen en su interior la llama eterna, akandajyotir, símbolo del Ser Individual (Jivatman). Encima del triángulo esta inscripto, en gris, el bijamantra Yam.

Anahata está situado en la espina dorsal a la altura del corazón y su kshetram, enfrente de él, en el centro del pecho. Se dice que en éste chakra reside Jivatman, el alma individual, y éste es uno de los motivos por lo que muchas escuelas lo han elegido como centro de concentración en sus prácticas. Una de sus principales características es que es el asiento de los sentimientos. Si la energía emocional se encausa debidamente en éste chakra, se transforma en amor puro y devoción (bhakti).

En el nivel del anahata nacen la aceptación y el amor incondicional hacia los demás y hacia todas las cosas, un amor puro y sin expectativas. El individuo comienza a des-identificarse de su cuerpo-mente, desarrollando una consciencia más objetiva de sí mismo y del mundo que le rodea.

Autores: Diego Segura- Valeria Tiercin- Silvia Wencel

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